POR PALOMITAS EN LOS OJOS
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(Fotografía de Olmo González: todas las fotos de Olmo González excepto las indicadas) |
Hace un par de semanas empecé un
nuevo curro como guía turística y una tarde que tenía que darme una vuelta para
poder repasar mis apuntes “a su derecha pueden ver…” me ocurrió un incidente que en cierto modo
puede servir para introducir la increíble e impactante obra de Olmo González y
que empezaba de la manera más banal: bajando por la calle Atocha me tropecé con
un grupo de turistas que enfocaban sus cámaras hacia el Paseo del Prado y como desde
mi perspectiva me era imposible ver cuál era el objetivo de ese compacto grupo
de iphones, smart phones y demás óculos electrónicos aceleré el paso y apreté
el culo para descubrir que ocultaba esa esquina pintoresca, “a su izquierda
pueden ver…”. Cuál fue mi pasmo al descubrir que estaban grabando un gran
despliegue de la guardia municipal (¡¡¡seis corchetes!!!) que incautaban, si
esa palabra se puede aplicar a unos gatos, a una camada de felinos que servían
como reclamo caritativo de un pobre que yacía tumbado a la puerta de un gran
hotel con la misma posición el
Cristo de Andrea Mantegna.
Yo que soy una mujer por lo general apocada, de carácter apacible y sin ningún estudio reglado en psicología me aventuré a gritarles que estaban “enfermos” y les inquirí sobre la gracia de grabar algo así, echando leña de manera contraproducente al retablo de felinía, felonía y pobreza y haciendo que el vídeo fuera mucho más suculento para su subida al youtube, por lo que si ponen “Madrid+cats+mad+woman+needy(menesteroso)” con toda probabilidad me podrán ver en una de mis actuaciones estelares. Aún con el sofoco pensé en las palabras de un fotógrafo como Martin Parr, que tan bien ha retratado a esas bestias insaciables que son los turistas y que venían a decir más o menos que él era un fotógrafo de guerra pero que su primera línea de batalla eran las colas de los supermercados. Hemos de reconocer que ese panóptico turístico lleno de ojos amorales con el que me tropecé y que integraban la escena de extrema pobreza urbana en un flow visual que discurría entre las pinturas negras de Goya que acababan de ver y el Guernica al que se dirigían a visitar, servían para ratificar las palabras de Martín Parr: España es un territorio en guerra pero su campo de batalla está en las colas de los supermercados, las plazas del centro, los bares, la puerta de los hoteles y de las grandes superficies. “- Y, ¿Qué tal España? – Muy bonita, pero chica, mucha pobreza”.
Yo que soy una mujer por lo general apocada, de carácter apacible y sin ningún estudio reglado en psicología me aventuré a gritarles que estaban “enfermos” y les inquirí sobre la gracia de grabar algo así, echando leña de manera contraproducente al retablo de felinía, felonía y pobreza y haciendo que el vídeo fuera mucho más suculento para su subida al youtube, por lo que si ponen “Madrid+cats+mad+woman+needy(menesteroso)” con toda probabilidad me podrán ver en una de mis actuaciones estelares. Aún con el sofoco pensé en las palabras de un fotógrafo como Martin Parr, que tan bien ha retratado a esas bestias insaciables que son los turistas y que venían a decir más o menos que él era un fotógrafo de guerra pero que su primera línea de batalla eran las colas de los supermercados. Hemos de reconocer que ese panóptico turístico lleno de ojos amorales con el que me tropecé y que integraban la escena de extrema pobreza urbana en un flow visual que discurría entre las pinturas negras de Goya que acababan de ver y el Guernica al que se dirigían a visitar, servían para ratificar las palabras de Martín Parr: España es un territorio en guerra pero su campo de batalla está en las colas de los supermercados, las plazas del centro, los bares, la puerta de los hoteles y de las grandes superficies. “- Y, ¿Qué tal España? – Muy bonita, pero chica, mucha pobreza”.
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(Obra de Martin Parr) |
Olmo González es como Martin Parr,
un fotógrafo de guerra pero su obra más que reflejar explosiones o momentos
truculentos llenos de acción se centra en el paisajismo del desastre, el de los
lugares desolados, las ciudades satélites en ruinas y los descampados donde
crece la buddleja davidii
el arbusto que según los científicos dominará el mundo una vez que los seres humanos
nos hayamos extinguido (calificada como planta invasora según Real Decreto
1628/2011, de 14 de noviembre). Por eso su fotografía es quieta y angustiosa
salvo por alguna excepción más que reseñable como esa imagen impactante y violenta
de un desalojo en la que la famosa “equis” trágica se actualiza para volver a
hablar de un pueblo que sufre, pero esta vez no bajo el fuego de las bayonetas
sino bajo el de las hipotecas…
Como decía, la fotografía de Olmo
González al menos la poca que yo conozco (no quiero condenar a nadie) es fundamentalmente
el feudo de lo devastado donde reina ese silencio extremo que sólo se puede no-oír
en aquellos lugares que acaban de ser bombardeados. Sus fotografías de
no-lugares, de vegetación decorativa marchita, de islas de cemento entre
autopistas donde podemos encontrar Robinsones, lugares donde Ballard resuena como
un viento frío, son espacios donde se nos muestra los efectos colaterales de una
guerra económica en la que no vemos el ataque o la furia destructora sino la
quietud de sus consecuencias. Tal y como ocurre en esa famosa foto de Roger Fenton sobre la
Guerra de Crimea donde se nos ocultan los cañones tronando (el estado de la
fotografía del momento no lo permitía) para mostrarnos el campo repleto de obuses.
Fotografía que luego sería homenajeada por Paul Seawright en una de
sus fotos de 2002 sobre Afganistán.
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Fotografía de Roger Fenton |
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Fotografía de Paul Seawright. |

Dentro de ese contexto fotográfico,
Torrejón es no sólo es paisaje de desolación y signo de abstracción de la
actual situación política, una ruina capitalista, sino que en su confusión de
escalas y su tendencia a situarse en los extremos de la perspectiva, es símbolo
de la España entera. En Torrejón está el alcalde más votado de España, es
decir, la mayoría más absoluta y por tanto la más cohesionada, cerrada y
silenciosa de un país que ciertamente tiende al borreguismo. Cuando Rajoy habla
por los silenciosos y las silenciosas que se quedan en sus casas y no acuden a
las manifestaciones habla también por Torrejón y por todas sus buenas gentes
mudas que dejan pasar las tardes viendo como sus sombras se alargan y sus
derechos se recortan. Torrejón no sólo es lo extremo político, es decir, la
mayoría más mayoritaria frente a la minoría más minoritaria de España o lo
extremo significado, sino que a su vez es lo extremo significante: Torrejón
representa al mundo y contiene en sí mismo las miles de maravillas de la civilización
europea reproducidas a escala en el “Parque Europa” que es definido por el
alcalde en su página web de este modo:
“El ejemplo más palpable de esta transformación es la creación del Parque Europa, que es una zona verde única en España y que se ha convertido en el símbolo, el referente y el emblema de Torrejón y es su gran seña de identidad, además de un orgullo y un prestigio para los torrejoneros. Tiene una extensión de 240.000 metros cuadrados y contiene la réplica de 17 monumentos europeos y un fragmento original del muro de Berlín, así como una zona de ocio y multiaventura.”
Con Parque Europa, Pedro Rollán
ha pasado de ser, siempre según su página web, no sólo el alcalde de una ciudad
que crece en prosperidad y declina en inmigrantes a ser coronado, sino que
además nada más y nada menos, que el emperador del Sacro
Imperio Romano Germánico. Todo en virtud de la perspectiva y de esa casuística
posmoderna que hace confundir el mapa con el territorio, el cartón piedra con
el mármol de Carrara y la política con la multiaventura. Las imágenes de Olmo
sobre ese paraje sobrecogedor con unos elefantes marchitos como de Intolerancia de D.W. Griffith (1916), una balsa
cristalina donde organizar naumaquias para solaz de la Mayoría o una Fontana de
Trevi que saluda a unos adosados de nueva construcción es de lo mejor que he visto
en años y nos muestran un Torrejón donde la Naturaleza, como lo público o lo
social ha sido extirpados. Una Europa
tristemente metafórica que se ha convertido en un paisaje de mini-golf.
En esa Arcadia espectacular y
maravillosa de Mini-Europa, comprimida por un cielo gris y asfixiante de tarde
de domingo que anuncia tormenta, una pareja
de chicos jóvenes huyen. No vemos sus caras pero quizás estén aburridos tras haber
debatido sobre su condición de jóvenes europeos frente a ese fragmento original
del Muro de Berlín que anunció en su momento no sólo el nacimiento de la nueva
Europa, que tan buenos resultados ha dado, sino la muerte del Socialismo, que ídem
de ídem. Pero, repito, ¿hacia dónde van encaminados esa pareja dentro de esa vasta
y diminuta Europa convertida en un mini-golf sin agujeros?... me temo que a un
futuro dominado otra vez por la tiranía de la perspectiva, a un futuro en
miniatura. Porque, reconozcámoslo, el futuro a estas alturas sólo puede tener
una forma, la de la miniatura arquitectónica, la maqueta de ampliación urbanística
y la distopía política local sobre la que se sirven canapés y champán. A ese respecto Olmo tiene una serie de fotos
donde el tamaño de lo que vemos, esos pisos soñados de Torrejón, no tienen una
referencia espacial fiable y por tanto aparecen sometidos a un tamaño cambiante:
¿son bloques faraónicamente grandes o residencias diminutas?. Ese escenario tornadizo
al que va encaminada la joven pareja parece a su vez que les exija cambios como
los que sufre Alicia en el País de la Maravilla quien tras haberse matriculado
en una carrera que ponía “fórmate” (grande), haber firmado un contrato que
decía “esclavízate” (más pequeña) y haber introducido una papeleta que decía “vótame”
(diminuta) hubiera alcanzado el tamaño justo que les permitiera cruzar la
puerta de esos pisos realizados en primeras calidades.
Esas ciudades que dan la
sensación que están por estrenar, esperando de una forma muda pero constante la
venida sus habitantes como un pueblo supersticioso y paciente espera la llegada
sus dioses puede que tengan sus perspectivas físicas confusas, pero desde luego
tienen claras sus perspectivas morales. Junto al alcalde Pedro Rollán, cuyo epíteto,
recordemos era el de “aquel que habita en todas las cosas" se alza la
figura fastuosa de Guti que a pesar de ser de Torrejón por su magnificencia no
cabría en uno de esas diminutas maquetas y por eso habita entre los galácticos viajando
en coches deportivos de vivos colores acompañado por una eterna sucesión de
modelos. Guti no sólo es el héroe local sino el único que merece ser
individualizado en un mundo donde se deteriora la vida cívica y que está
repleto de personas sin rostro, personas silenciosas y mudas, que van del
trabajo a casa y de casa al trabajo. Personas que piensan que en tiempos difíciles
como éstos, lo que hay que hacer es arrimar el hombro y que se creen a medias
los mensajes catastróficos sobre la crisis, “¿cómo va a estar todo tan mal si
nos acaban de hacer un parque Europa?”. Además que con esfuerzo individual todo
se consigue, sino mira al Guti. Esos comerciantes, vecinos, votantes, parroquianos,
amas de casa, vocales, pequeños comerciantes y presidentas de escalera que se
convierten en sombras silenciosas sin rostro y que están viviendo el fin del
capitalismo tal y como el poeta expresionista Jakob van Hoddis (judío
y enfermo mental en la Alemania nazi) retrató el fin del mundo:
Fin del mundo
Al burgués se le cae el sombrero de la cabeza puntiaguda.
Los aires resuenan como una gritería
Los albañiles se caen y se parten en dos
Y en las costas –se lee– sube la marea.
Ha llegado la tormenta, los mares salvajes saltan
A la tierra para destrozar gruesos diques.
Mucha gente tiene catarro
Los trenes se caen de los puentes.
Al burgués se le cae el sombrero de la cabeza puntiaguda.
Los aires resuenan como una gritería
Los albañiles se caen y se parten en dos
Y en las costas –se lee– sube la marea.
Ha llegado la tormenta, los mares salvajes saltan
A la tierra para destrozar gruesos diques.
Mucha gente tiene catarro
Los trenes se caen de los puentes.
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Mayoría... |
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...absoluta. |
Página web de Olmo: http://olmogonzalez.wordpress.com/
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